El aun canciller le arrebató el mando del proceso interno de Morena e impactó la agenda del partido, que sesionará de manera extraordinaria este domingo para establecer las reglas de lo que parece “el juego del tapado” al estilo de la 4T.

El martes 6 el canciller le arrebató a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México el mando del proceso interno de Morena. Cuando Marcelo Ebrard anunció su salida del gabinete del presidente López Obrador, empujó a los demás aspirantes presidenciales a ajustar sus estrategias por la nominación y a alistar prematuramente su separación al cargo, como será el caso de Claudia Sheinbaum. Es más, el impacto del madruguete de Ebrard también se registra en la agenda de Morena, que este domingo sesionará de manera extraordinaria para establecer las reglas de lo que parece ser el “juego del tapado” al estilo de la 4T.

El madruguete que Marcelo Ebrard Casaubon aplicó a sus rivales en la carrera por la candidatura de Morena para 2024 sacudió el tablero político al interior del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador. Al hacer pública su renuncia a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), efectiva el lunes 12 próximo, el también exjefe de Gobierno forzó en su favor el arranque del proceso de sucesión presidencial.

Con su maniobra empujó a los demás aspirantes a adecuar su propia estrategia. Por ejemplo, obligó a Claudia Sheinbaum Pardo a apresurar su salida del Gobierno de la Ciudad de México –lo hará el próximo viernes 16, de acuerdo con versiones recabadas por Proceso–, y a arrancar un atropellado proceso para nombrar a la persona que la sustituirá hasta las elecciones del próximo año.

Después de toparse con los oídos sordos de Morena durante más de medio año, Ebrard Casaubon finalmente consiguió que el presidente López Obrador solicitara la renuncia inminente de todos los aspirantes al proceso interno de Morena, que es una de las principales exigencias del aún canciller para tener “piso parejo” en la contienda.

El mandatario lo hizo saber durante la cena del lunes 5 en el restaurante El Mayor, en el Centro Histórico de la capital, a la que convocó a las cuatro “corcholatas” y a la plantilla de gobernadores morenistas.

El partido iba a oficializar dicho requisito para los aspirantes después del Consejo Nacional, que se realizará este domingo 11, y en el que los 364 consejeros aprobarán los términos del proceso de selección. Pero Ebrard se adelantó a sus rivales y dio la noticia a sus operadores políticos y a la prensa el martes 6, en un salón del hotel Hilton de la Alameda Central. “Sonrían, compañeras y compañeros, ¡todo va a estar bien!”, exclamó el canciller visiblemente satisfecho por arrebatar a Sheinbaum el timón del proceso de selección.

Todavía en la tarde del lunes 5, antes de la cena con el presidente, Sheinbaum descartó dejar el gobierno capitalino. “Yo no pienso renunciar al cargo de jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Yo fui electa… Hasta que, en su caso, gane la encuesta. Y, en todo caso, ya será una situación distinta”.

Favorita al interior del partido, la mandataria se negó a reaccionar a la maniobra de Ebrard, pero aceleró su campaña con su asistencia a un acto masivo del Partido Verde Ecologista de México –donde gritó “¡Viva el Partido Verde!”, y recibió la promesa de Arturo Escobar, consejero nacional del Verde, que más de 90% de sus militantes la apoyan para que sea la próxima presidenta de México–, además de una reunión con la Confederación Patronal de la República Mexicana y actos multitudinarios en las alcaldías Venustiano Carranza e Iztacalco.

Impacto en Bucareli

En la Secretaría de Gobernación (Segob) Adán Augusto López Hernández fue todavía más cauto. En un mensaje críptico que subió a sus redes sociales horas después del anuncio de Ebrard, el paisano del presidente llamó a la “serenidad y paciencia”, y planteó que los “tiempos del Señor son perfectos”. Además, el equipo del político tabasqueño está por sacar un libro –como lo hizo Ebrard hace unos meses– y un documental que utilizará para promocionarse.

Por otro lado, aunque expuso que Ebrard se adelantó al Consejo Nacional de Morena, el senador Ricardo Monreal Ávila tuvo una reacción espejo a la maniobra del canciller: anunció la solicitud de su licencia, e indicó que los demás aspirantes tendrán que dejar sus cargos en el transcurso de la siguiente semana. El otrora influyente senador incluso se reunió con López Obrador a puerta cerrada, y después declaró que por ningún motivo se lanzaría como candidato presidencial independiente.

Aunque López Obrador públicamente nunca los toma en serio, Manuel Velasco Coello, exgobernador de Chiapas y senador del Verde, y Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo, también anunciaron sus solicitudes para separarse del Poder Legislativo y sumarse al proceso interno de Morena.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2432 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.