Raúl Domínguez/FirmasMx

Ahí, muy a la “matalascallando”, un buen número de funcionarios de la 4T veracruzana -la mayoría menores de 35 años- les ha llovido muy bien en su milpa, tanto así que ya son considerados los nuevos integrantes de la “Revista Forbes” versión jarocha.

Esto les ha permitido ir comprando voluntades, en medios convencionales y digitales y “pactar” hasta con el demonio en aras de figurar en las “listas” de los más “listos” al acercarse el 2024 y 2025. Así, en reuniones privadas donde corren los vinos más costosos, estos “mozalbetes” del régimen cuatrotero, ya caminan, ríen, comen, mean y zurran como alcaldes, diputados o senadores.

Nadie les puede quitar el mérito de saber desenvolverse en las turbulentas aguas del poder, pero esto no obsta para que hoy por hoy, figuren en especiales carpetas de la Contraloría General para que vayan explicando, porqué sus bienes patrimoniales y cuentas bancarias no concuerdan con su modesto salario basado en la “austeridad republicana” y “pobreza franciscana” que impuso el presidente Andrés Manuel López Obrador y que en Veracruz aplicara a la perfección el gobernador Cuitláhuac García.

Así, de ser modestos repartidores del periódico “Regeneración”, varios chavales que estaban concluyendo su carrera universitaria o tenían meses de haber egresado, de golpe y porrazo –sin la menor experiencia- fueron colocados en puestos gubernamentales, con vehículos y chofer a la puerta, asistentes personales, cajas chicas y cajas grandes y se vendían como “la sangre” nueva que con ideas frescas transformarían el gobierno, bajo los principios de no “mentir, no robar y no traicionar”.  

Lamentablemente esto fue una utopía, porque la mayor parte de estos jóvenes que prometían ser diferentes a la caterva de ladrones del PRI, pasaron de lo verde a lo podrido, por eso hoy, cuando en sus cuentas alegres creen tener listo su pase directo a una diputación federal o local, será preferible que preparen su pasaporte y vayan pensando en el mejor despacho de abogados para lo que pudiera ofrecerse.

De los ex alcaldes  ya ni hablar, hoy son accionistas de varias empresas, dueños de mansiones, condominios, edificios, camionetas blindadas, tiendas de materiales para construcción, ranchos, villas en Cancún, Veracruz o Puerta Vallarta y cuentas bancarias -no a su nombre porque estúpidos no son- pero si con el control de todo, a través de infranqueables sociedades anónimas.

El líder estatal de MORENA, Esteban Ramírez Zepeta tendrá ante sí, la titánica y difícil tarea de convertirse en la última aduana para que ningún “pájaro de cuenta” por más marrón que pudiera ser su plumaje, se filtre a los próximos procesos, salvo que la instrucción sea premiar a los corruptos y castigar a los honestos.